Inestabilidad política, disturbios sociales, rivalidades geopolíticas, el auge del populismo, conflictos armados, golpes de Estado... Después de un año de fervor electoral, combinado con la agitación geopolítica que afecta el comercio global, el riesgo político es ahora una realidad duradera, compleja y preocupante con la que las empresas deben lidiar.
Un nuevo capítulo comienza
2024 fue un año crucial en muchos aspectos, con más de 70 países involucrados (incluidos 7 de los más poblados del mundo) y la mitad de la población mundial yendo a las urnas, representando alrededor del 55% del PIB global. Desde Estados Unidos hasta Sudáfrica, incluyendo el Reino Unido, Japón y Senegal, esta ola sin precedentes de elecciones ha intensificado la inestabilidad política.
Esta tendencia se refleja en el índice de riesgo político de Coface, que sigue siendo alto (40.2%) y por encima del promedio anterior a la Covid-19 (+1.3 puntos). Después de varios años de volatilidad tras la pandemia, 112 de los 162 países evaluados enfrentan un nivel más alto de riesgo político y social que antes de 2020.
Los riesgos políticos y sociales se mantienen en niveles extremadamente elevados. Esto demuestra que comienza un nuevo capítulo en un mundo en profunda mutación, donde las fracturas entre las principales economías siguen remodelando los flujos comerciales y debilitando la estabilidad política y la cohesión social.
- Ruben NIZARD, Jefe de Análisis de Riesgos Sectoriales y Políticos de Coface.
Inestabilidad política: falta de orientación y riesgo de deriva
Para saber
Este año de agitación electoral llevó a una caída para la mayoría de los partidos gobernantes. Estos cambios han destacado la profunda insatisfacción de los votantes frente a las condiciones económicas y sociales percibidas como en declive. Los vientos de cambio han soplado fuertemente, sin disipar las incertidumbres políticas, como lo muestra la pérdida de la mayoría absoluta del ANC en el Parlamento de Sudáfrica (¡por primera vez desde el fin del apartheid!) y la repentina caída de la popularidad del Primer Ministro británico. En las elecciones anticipadas de febrero de 2025, Alemania tampoco se libró de esta ola de rechazo a los titulares, con el SPD siendo superado en las urnas por el CDU/CSU y también por el AfD.
"Los votantes principalmente barrieron a los titulares, más que una línea política específica. Y, en ausencia de una orientación clara, el riesgo de deriva empeora", enfatiza Ruben Nizard.
A ser monitoreado
El anclaje de partidos extremos en el panorama político. La incertidumbre política crece con el auge del populismo en todo el mundo, y particularmente en Europa. Más de una cuarta parte de los escaños del Parlamento Europeo están ahora ocupados por la derecha radical y los populistas. La extrema derecha gobierna en tres países (Italia, República Checa, Hungría) y forma parte de siete gobiernos nacionales. En Europa del Este, la sombra de Rusia se cernió sobre varias elecciones (Austria, Rumania, Georgia, Moldavia), complicando los esfuerzos de integración europea, una palanca clave para luchar contra la fragmentación financiera, energética, regulatoria, fiscal, social y política.
Rechazo a los titulares, un cambio sin rumbo. En los próximos meses, se observarán de cerca los primeros pasos del AfD y del nuevo gobierno de coalición alemán, así como las próximas elecciones federales en Canadá y Australia. Por su parte, Polonia y Rumania tendrán que elegir entre la apertura europea y el repliegue identitario. Menos ocupado que el año pasado, el calendario electoral de 2025 podría ciertamente perpetuar el fenómeno de rechazo a los titulares, sin prometer aclarar las cosas.
Inestabilidad social y debilidad política
Para saber
Impulsada por la inflación y la desconfianza en las instituciones, la inestabilidad social no perdonó a las economías avanzadas (Francia, Reino Unido) en 2024 y ahora ocurre en Hungría, Serbia y Turquía. La debilidad política, que continúa deteriorándose desde la última década, atestigua la erosión del estado de derecho y las libertades civiles en muchos países.
A ser monitoreado
Mayor movilización social. En Europa, la ira de los agricultores se ha intensificado, particularmente frente al acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur, considerado por muchos como un factor de competencia desleal. En India también, con las elecciones generales acercándose, el movimiento ‘Delhi Chalo’ (‘En camino a Delhi’) ha movilizado una vez más a muchos agricultores que protestan contra la inacción del gobierno sobre el tema de un precio mínimo garantizado para todos los cultivos.
El impacto de las tensiones geopolíticas. La inestabilidad social está creciendo a medida que aumenta la agitación geopolítica, como se vio en la guerra entre Israel y Hamas, que llevó a importantes oleadas de movilización en muchos países.
Riesgos geopolíticos: seguridad económica y alta tensión en las rutas comerciales
Para saber
La rivalidad entre EE.UU. y China, las guerras entre Israel y Hamas y entre Ucrania y Rusia: la turbulencia geopolítica está remodelando las rutas comerciales entre países, según su esfera de influencia. Las asociaciones comerciales entre países occidentales se están desmoronando, al igual que las entre China y Rusia. Como prueba: el comercio entre bloques geopolíticos (China-EE.UU., Atlántico y no Atlántico) se ha contraído más rápidamente que dentro de estos bloques.
Las primeras semanas del mandato de Donald Trump ya han causado grandes conmociones. El presidente estadounidense comienza a llevar a cabo sus amenazas proteccionistas hacia sus principales socios comerciales (China, Canadá, México, UE, etc.). El regreso de la guerra comercial es ahora una realidad. La serie de anuncios de nuevos aranceles en sectores estratégicos, junto con medidas de represalia, alimenta los temores de impactos en la economía global.
A ser monitoreado
Carrera geoestratégica y seguridad económica. Los principales bloques comerciales (China, EE.UU., Europa) están involucrados en una feroz carrera geoestratégica, en la que cada uno afirma su liderazgo a través de su poder económico, tecnológico y militar. Barreras comerciales, aranceles, restricciones de exportación, transferencias de tecnología: la política comercial es un instrumento clave. En los próximos meses y años, las medidas de seguridad económica serán comunes entre EE.UU. y China, pero también con otros actores como la UE, Canadá y México. Dependiendo de su posición en una u otra esfera de influencia, las empresas tendrán que adaptarse para lidiar con estas medidas de seguridad económica, tanto en términos de importación-exportación como en términos de inversión o política industrial.
El papel de los países conectores. Entre sanciones políticas, retiro económico y interrupción de las rutas marítimas, el comercio dentro de los bloques geopolíticos se está intensificando. Países como México y Vietnam, proveedores de Estados Unidos, son ahora destinos principales para las exportaciones chinas. Estos países, que son verdaderos centros estratégicos, capturan cuota de mercado en las cadenas de suministro entre EE.UU. y China, extendiéndolas sin romperlas. Actualmente los ganadores de la remodelación del comercio mundial, estos países podrían, a largo plazo, ser objetivo de guerras comerciales y ver su papel crucial debilitado en esta dinámica.
La sacudida de la UE. La UE parece ser una de las principales víctimas colaterales de la agenda de Donald Trump y de la agresividad comercial de China. Hasta ahora, al Viejo Continente le ha costado reaccionar. Oscila entre la incapacidad de adoptar medidas concertadas entre los Estados miembros y la necesidad de (re)convertirse en un actor estratégico, mientras que los retos relacionados con la competitividad económica e industrial, la transición energética y la innovación tecnológica son más acuciantes que nunca.
De lo contrario, existe un riesgo muy real de que Europa se encuentre indefensa, tanto en sentido literal como figurado.
dice Ruben Nizard.
Frente a la adversidad, sin embargo, Europa podría recuperar impulso, con el programa de inversión alemán y la iniciativa de defensa ReArm Europe mostrando que las líneas comienzan a moverse.
Conflictos armados y seguridad de las rutas comerciales. Los conflictos en Ucrania, Medio Oriente y Sudán mantendrán una presión constante sobre la seguridad del comercio. El Mar Rojo y el Canal de Suez se han convertido en puntos críticos de tensión, como en el caso de los ataques a barcos mercantes por los hutíes en el Mar Rojo, afectando el tránsito por el Canal de Suez, que representa el 12% del comercio mundial y el 30% del tráfico de contenedores.
El resultado: el tráfico marítimo a través de este canal cayó más del 50% en el último trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, con los transportistas prefiriendo tomar la ruta del Cabo de Buena Esperanza.
A tener en cuenta en 2025
En palabras de Ruben Nizard, Jefe de Análisis de Riesgo Sectorial y Político en Coface:
"El riesgo (geo)político es ahora una realidad duradera para el comercio global. Las empresas se ven obligadas a adaptarse a este entorno multipolar, donde la regionalización de los flujos comerciales interrumpe su cadena de suministro y, a veces, incluso toda su estrategia. Más aún cuando factores adicionales, como las crisis climáticas, acentuarán esta tendencia."
Más información sobre los riesgos clave de 2025:
- Nuestro estudio completo: Fragmentación de la globalización, el futuro del comercio global
- Nuestro último Barómetro de Riesgo País y Sectorial