Encuesta de comportamiento de pago en Polonia

Coface ha realizado una nueva encuesta sobre la experiencia de pagos en Polonia, que se llevó a cabo entre noviembre y diciembre de 2021 con la participación de 331 empresas.

En ese momento, Polonia, como otros países, todavía enfrentaba casos significativos de COVID-19, con el estado oficial de emergencia epidémica vigente. No obstante, las medidas restrictivas fueron relativamente blandas y no han limitado la actividad económica. El crecimiento del PIB en Polonia alcanzó el 5,7% en 2021, y debería mantener su ritmo de recuperación en 2022, alcanzando un crecimiento del 4,4%, según la previsión de Coface.

Como recordatorio, las medidas de apoyo introducidas como respuesta al impacto de la pandemia supusieron la mejora de la situación de liquidez de las empresas polacas, es decir, la reducción de los retrasos en los pagos y una caída en las insolvencias de liquidación de activos. Tal fenómeno se registró en 2020. En línea con la recuperación económica, el gobierno decidió reducir los programas de apoyo, lo que afectó la liquidez de los pagos en 2021. De hecho, nuestro estudio muestra que las empresas polacas experimentaron retrasos en los pagos promedio de 56,7 días, 9 días más que en nuestro anterior estudio de 2020. Como resultado, los retrasos medios en los pagos volvieron a acercarse a niveles prepandemia en 2021, ya que ascendieron a 57,2 días en 2019.

• En 2021, el sector de las TIC fue el que mejor se comportó, con demoras en los pagos de 40 días. 

• El sector de la energía reportó la mayor mejora en la reducción de los retrasos (39 días menos que el año anterior). 

• Por el contrario, el sector de los metales experimentó la mayor ampliación de los retrasos en los pagos, con casi 23 días.

• Las empresas de construcción y transporte experimentaron los mayores retrasos en los pagos, con casi 84 y 89 días, respectivamente. 

De acuerdo con nuestra encuesta, 11 de los 12 sectores anticiparon que el importe de los créditos pendientes de pago aumentaría en los próximos meses. Esto refleja un proceso iniciado de vuelta a la normalidad, es decir, crecientes retrasos en los pagos y, como consecuencia, un aumento gradual de las insolvencias empresariales. Si bien los concursos de liquidación de activos se redujeron tanto en 2020 como en 2021 (un 11,7% y un 26,4%, respectivamente), los procedimientos oficiales de reestructuración se dispararon un 48% en 2021, mientras que los procesos simplificados -implementados para suavizar el impacto de la pandemia en la liquidez de las empresas- se triplicaron en 2021.

A medida que las empresas se adaptaron a hacer negocios mientras convivían con la pandemia, esta última dejó de ser la mayor preocupación. Es cierto que las empresas aún lo consideran una amenaza, pero los impuestos y otras cargas fiscales se han convertido en un obstáculo mayor para ellas.

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