Un escalofrío en la economía global - Barómetro Q3 2022
A medida que el otoño se acerca en el hemisferio norte, los cielos se oscurecen sobre la economía mundial. Más allá de las repercusiones de la guerra en Ucrania, que destacamos en nuestro último barómetro, el endurecimiento monetario mundial y las múltiples limitaciones del crecimiento chino dibujan un panorama, cuando menos, sombrío. A corto plazo, la economía parece instalarse en un régimen de "estanflación", en el que coexisten un crecimiento casi nulo y un rápido aumento de los precios. Mientras tanto, la posibilidad de una recesión mundial es cada vez más clara. Las revisiones generales a la baja de nuestras previsiones de crecimiento del PIB de este trimestre reflejan esto.
Nuestros cambios de evaluación también son coherentes con esta lógica y con las numerosas rebajas realizadas el pasado trimestre. Coface ha rebajado la calificación de ocho países (Italia, Dinamarca, Suiza, Chipre, Luxemburgo, Malta, Egipto y Chile), después de 19 en el segundo trimestre. Las 49 rebajas de la evaluación del riesgo sectorial ponen de manifiesto el claro deterioro de las condiciones en los sectores sensibles al ciclo económico (construcción, metales y madera).
Sobre Europa, más que sobre cualquier otro lugar, las nubes son particularmente amenazantes. Tras el cierre total del gasoducto Nord Stream a principios de septiembre, la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania se intensifica. Por lo tanto, el Viejo Continente se prepara para una sobriedad "impuesta", ya que la Unión Europea ha acordado finalmente un plan para reducir el consumo de gas, mientras que algunas industrias han anunciado que reducirán su producción para hacer frente a la subida de los costes energéticos. Mientras la región se prepara para envolverse en su ropa de invierno, parece inevitable que tenga que racionar su consumo de energía, especialmente de gas natural y electricidad. Alemania, primera potencia industrial del continente, estará en primera línea de esta crisis.
